La Ciudad

Menos turistas y pocas ventas: Rivadavia, un clásico del verano que sufre la pandemia

Comerciantes y artistas callejeros cuentan que trabajan solo el 30% en comparación con la temporada pasada.

La peatonal Rivadavia, uno de los paseos céntricos clásicos de cada verano, muestra un paisaje completamente diferente al de otras temporadas: ya no se ven los turistas ni los artistas de otros años y lo conocedores del sector calculan que la circulación bajó un 70% en comparación con el año pasado.

Rivadavia, que se convierte en peatonal durante todos los días del verano de 19 a 24 desde la costa hasta San Luis, se caracterizaba por la gran presencia de artistas callejeros y de los personajes de las obras en cartel en los teatros de la zona, que aprovechaban para “volantear” y ofrecer las entradas con promociones de descuento.

La pandemia no dejó rubro sin atacar. Como el Covid del consumo, en los comercios coincidieron en que este verano están trabajando “a un 30 por ciento”, de lo que lo hicieron el año pasado.

Hoy la densidad de gente en la mencionada arteria es muy menor a otros veranos, pero no por respeto al distanciamiento social. “No hay gente, es una lágrima”, describió José desde la puerta de su local de venta de recuerdos de Mar del Plata.

Entre alguno de los personajes de “Toy Story” o el Hombre Araña con barbijo, circulan algunos de los integrantes de los pocos elencos que todavía resisten en los teatros ubicados sobre Rivadavia. “A veces hay más personajes o actores que gente en la calle”, advirtió Mauricio, que desde hace varias temporadas trabaja en el carro que vende garrapiñadas y pochoclos en la intersección de la arteria con Santa Fe. “Además de la situación económica no hay gente. El año pasado yo vendía entre 7 y 8 mil pesos por noche, hoy con suerte llego a los 3 mil”, analizó.

Poca asistencia

Uno de los artistas que dibuja retratos de los caminantes ofrece su arte a viva voz, lo mismo que el artesano de las trencitas. “Estamos un 70 por ciento debajo de lo que trabajábamos el año pasado”, coincidieron. “Hay días que no hacemos caja, o sea, no vendemos una entrada”, graficaron desde la cartelera.

Muchos de los comercios quedaron vacíos y otros ofrecen la mercadería con grandes carteles de oferta escritos en sus vidrieras. Entre la variedad de rubros se pueden encontrar remeras desde $700 o tenedor libre de parrilla por $790.

“Es una temporada tranquila, estamos trabajando a un 30 por ciento de lo que era el año pasado. Con la restricción horaria perdí un turno de cena, tuve que reducir personal, los gobiernos deberían hacer lo mismo con los impuestos”, reclamó Cecilia, propietaria de un local gastronómico ubicado en Rivadavia y Corrientes. Y contó: “Esta era una temporada para recuperar un poco la deuda que tenemos desde el invierno, pero hace falta más apoyo al privado”.

A su entender, a la falta de gente, se le suma la falta de dinero en las billeteras y graficó: “El año pasado, venía una familia tipo y se pedían cuatro platos. Hoy piden una pizza y comparten dos gaseosas”.

Si bien la peatonalización de Rivadavia se extiende desde la costa hasta San Luis, el epicentro de la movida artística se ubica en la franja comprendida entre Corrientes y Santa Fe.

Ante la mirada de las estatuas de Charly García y Nito Mestre, en el famoso monumento de Sui Géneris, los integrantes de las obras en cartel en los teatros allí apostados promocionan sus obras e invitan con diversos descuentos.

Uno de ellos es el Mago sin Dientes, que sin dudas aseguró que se trata de una temporada “triste’, mientras que a pocos metros de distancia Daniel “La Tota” Santillán no deja de remar para vender entradas en vivo y directo.

Algunos de los personajes de “La Guerra de las Galaxias” se toman fotos con los más chicos mientras los padres pagan “a voluntad” el recuerdo. “Nos mató el tope horario, no hay gente y para colmo tuvimos que mover los horarios de las obras”, se quejaron desde un complejo teatral.

Mientras su hijo posaba para retratar el momento de esparcimiento con “Buzz Ligthyear” (el robot de Toy Story), Javier comentó su sorpresa por “la poca cantidad de gente en la peatonal, parece otra Mar del Plata”. “La pandemia arrasó con todo”, describió el turista llegado desde Quilmes para descansar tres días.

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